Y ahora que este concepto ha quedado claro, es cierto que hay una serie de puntos que en mayor o menor medida suelen funcionar. La disposición. Esto ha de convertirse en un ir de la mano o de la boca en busca de los campos del edén, los fuegos artificiales, la petite mort. Un buen francés tiene que ser generoso, desinteresado, elaborado con la calma y la precisión que pone el relojero en arreglar cada una de sus piezas. Haz que la carne de tu amante vibre, se ensanche y crezca hasta que no quede ni un resquicio seco en la tela de tus bragas. Cuando la polla esté tan hinchada que parezca que va a explotar, para.