Un libro bueno tiene que ser manoseado, vivir con uno, pasear con uno. En fin, este amor ilegal por los libros se apoderó de mí y no me dejó dormir, como una muchacha que hubo en casa, cuando yo era joven… Primera parte Capítulo i Ambiente del libro. Al regresar a mi tierra y gente me sentí como en casa y me di nuevamente a callejear, caminar por la carretera, sentarme en las barrancas y en los cafés de las aceras, para atisbar agonías, entierros y mujeres, que son mi vocación. Primero son las agonías; segundo, los entierros; tercero, las muchachas y, como si en ellos estuviesen estos temas, los tipos como idos, que se quedan por ahí parados, mirando sin ver y de quienes la gente se aparta desde lejos y dicen que vinieron no se sabe de dónde y les atribuyen todo lo que les asusta y presienten. Son agonizantes.
Primera parte
Como equipo de beisbol dio mucho que hacer en los encuentros contra Guaicaipuro y otras novenas. José Esposito fue uno de sus principales patrocinadores. Jardín Los Coquitos Pulmón natural de Los Teques, que desde el inicio del periodo de la democracia ha venido sufriendo por la invasión de sus tierras la construcción de ranchos y otras viviendas. Muy poco se ha hecho para mantenerlo. La Estación Levante lugar, que nos motiva a figurarse en los tiempos idos, así como fue el Ferrocarril, la neblina y la tranquilidad de Los Teques la Estación del ferrocarril, donde tantos visitantes llegaban, bien de paseo -hacia Maracay, Valencia o Puerto Cabello o aquellos otros que iban a visitar el bellísimo Parque El Encanto estaba ubicada al final de la avenida Liluc, se conoce hoy como Calle Carabobo. La Estación tenía un bar y restaurante que eran muy famosos, lo regentaba Carlos Zerlin, persona de grata recordación en Los Teques.
Los Teques
E nrique es un hombre íntegro en toda la extensión de la habla. Como verdadero creador vive intensamente su existencia, siente cada acto que realiza y resiente la respuesta de los otros. Vivir así la vida tiene su precio y sus consecuencias.